Santiago Ramundo: "Todavía vendo diarios en el puesto de mi papá"

Tiene 26 años y unos ojazos celestes por el que suspiran chicas de distintos lugares del mundo. Se llama 
Santiago Ramundo, protagoniza Sueña conmigo -la ficción adolescente de Nickelodeon en la que comparte cartel con Brenda Asnicar y la mexicana Eiza González-, y está feliz porque le acaban de contar que su novela es la más vista en México, Perú y otros países latinoamericanos. Nacido y criado en Villa Del Parque, barrio en el que aún vive con sus padres, José y Blanca, y sus hermanos, Sebastián y María de los Angeles, ya de chiquito Santiago tenía fascinación por el arte. “A los 9 empecé a tocar el piano, después sumé clases de canto, y a los 18 entré en la escuela decomedia musical de Valeria Lynch. Ella me daba interpretación, en una muestra me vio María Rosa Fugazot, y me becó para tomar clases de teatro con ella en el instituto”, cuenta el actor.

-¿Por qué te becó?
-Estaba en una situación económica ajustada, trabajaba con mi papá en su puesto de diarios, a la par estudiaba abogacía y no tenía tiempo para salir a buscar otro laburo. Yo me pagaba las clases con Valeria, y no me daba para más. Ahí me empecé a fascinar con este mundo, iba a las clases con muchas ganas, con mis compañeros nos metimos a hacer obras de teatro infantiles, y un día una amiga me comentó que en Telefe estaban buscando gente.Llevé fotos, quedaron archivadas y recién un año después, las encontró una productora ejecutiva, me llamó y me dijo que un director ruso estaba buscando un chico con mi perfil.

-¿Y qué hiciste?
-¡Fui! Tuve una entrevista con él, empezamos una serie de castings y me eligió para coprotagonizar Tango de a tres, una tira que produjeron Telefe y Rusia, con actores de allá y otros de acá, como Adriana Salonia, Mario Pasik y Graciela Pal. Es loco, pero mi primer trabajo fue para Rusia, y tuve la suerte de viajar a conocer ese país. Estuve un mes en San Petersburgo y otro en Moscú, grabando el final de la novela.

-¿Cómo fue vivir en Rusia a los 22 años?
-¡Increíble! Tuve que hablar en ruso en la fi cción, así que aprendí el idioma para también comunicarme en lo cotidiano. No bien aterricé en San Petersburgo, después de 23 horas de vuelo, quise avisarle a mi familia que ya estaba ahí. Entendí que la señora del hotel me prestaba el teléfono, hablé más de 10 minutos y veo que me empieza a hacer gestos. Corté, le agradecí a la mujer, y me dijo: “Son 80 dólares”. ¡Me quería matar! Al día siguiente llevé 5prendas a lavar, y me salió 50 dólares. ¡Diez dólares por prenda!

-¿Interactuaste con rusos?
-Si tenía alguna tarde libre, salía a caminar solo por las calles de Moscú, y trataba de comunicarme con la gente. Unanoche salimos a bailar con unas chicas, y me contaban que habían aprendido a hablar castellano por las novelas de Natalia Oreiro. Allá Nati es híper famosa, una mega estrella. 

Después de Tango de a tres, Santiago volvió a Buenos Aires, hizo un casting en Pol-ka y entró en Son de fierro por un par de capítulos. Su personaje como antagonista de Mariano Martínez pegó tan fuerte que terminó quedándose por más de 30 capítulos. Convencido de que quería dedicarle su vida a la actuación, empezó a estudiar teatro con Augusto Fernandes, y al tiempo le llegaron unas participaciones en Mujeres de nadie. Luego fue el antagonista juvenil de Valentino el argentino, que salió en Argentina y Colombia, actuó en La maga y el camino dorado, Atracción x4, y tuvo participaciones en Champs 12 y Enséñame a vivir, en Pol-ka. “El verano pasado grabé el trailer de Sueña conmigo, y llegó el ansiado protagónico, para todo Latinoamérica y Estados Unidos. Es más, en dos meses se empiezan a traducir los capítulos al portugués, y será emitido en Brasil”, se entusiasma el artista. 

-¿Esperabas el protagónico?
-Se fue dando naturalmente. Me determiné a ser actor y hacer de mi vocación, mi profesión. Cuando entré a la escuela de Valeria terminé de definirlo, pero ya de chiquito quería actuar. A los 5 años, me disfrazaba de Johnny Tolengo, y cantaba: “Qué alegría, qué alegría, olé olé olá”, frente al espejo. Después del cole, iba a la Escuela Municipal de Música Nº2, en Floresta, y tocaba en una orquesta con el maestro Jorge Amato.

-¿También hacías deportes?
-Natación. De los 4 a los 16 competí como federado. Y siempre jugué al fútbol con amigos.

-¿Cómo te llevás con el público?
-Con Sueña pasó algo muy loco: antes de que saliera al aire, ya teníamos clubes de fans en muchos países. Trato de destinar un momento del día a hablar, vía Twitter, con la gente y responderles sus mensajes. Me siguen personas de Venezuela, Colombia, Chile, Brasil, Perú, ¡una locura! En México Sueña va primero, imbatible, en rating.

-Fuiste a la facultad, ¿no? 
-Sí. Me recibí el mes pasado de abogado, en la UBA. El Derecho siempre me interesó, sobre todo desde la Sociología, pero no sé si algún día ejerceré. Hoy mi meta es actuar a full, cantar, tocar el piano. Fui a la Facu porque me parece fundamental estudiar, te abre la cabeza. El conocimiento es increíble, como así también estar inmerso en el mundo universitario. Tomarte un café en un bar de la facu es una experiencia bárbara.

-Dijiste que ayudás a tu papá en su puesto de diarios.
-Es cierto. Mi papá, José, tiene un puesto de diarios, que era de mi abuelo, así que ya hace 41 años que estamos en el barrio de Palermo. A los 14, le dije a mi papá que quería ganar mi plata, y entonces empecé a trabajar con él. Iba todos los sábados por la mañana a vender diarios entre los autos. Me paraba en una esquina, y mientras practicaba lo que aprendía en canto. “Diariiooo”, decía medio entonando, y colocaba la O para que golpeara en el paladar duro, como me habían enseñado.

-¿Cuándo fue la última vez que vendiste diarios?
-Entre los autos, hasta los 18. Cuando terminé el secundario empecé a formar parte del staff del puesto y me encargué de la administración, la atención a clientes y proveedores. Después entré en un juzgado comercial, pero nunca lo dejé de lado. Ahora estoy con poco tiempo por las grabaciones, pero si falta alguien para hacer el reparto a las 4 de la mañana, ahí estoy firme. Me divierte y no se me caen los anillos porque el trabajo hace bien, dignifica. Mi mamá, Blanca, es maestra y secretaria de un colegio.

-¿Tus hermanos también son artistas?
-Sebastián (23) estudia y trabaja en comercio exterior, así que nada que ver con lo mío, y María de los Angeles (19), estudia Psicología pero se emparenta con el arte porque pinta y hace manualidades. ¿Cómo viven esto de que yo esté en la tele? Les gusta que llegue a casa con una sonrisa después de 12 horas de grabaciones, porque saben que me hace feliz. Mi familia es bien tana, y apoyan los proyectos. Somos de juntarnos todos los domingos a comer asado opastas, vienen mis abuelos Emilio y José, soy muy amigo de mis primas hermanas. La familia es fundamental, todo empieza en casa.

-¿Tenés novia?
-No, pero estoy bien. Uno nunca está solo, pero con tantas horas de trabajo cuesta ponerse de novio. Candidatas siempre hay, la paso bien. Además, me di cuenta de que soy muy tímido con la chica que me gusta. Me cuesta romper el hielo, y temo hacer el ridículo porque se me nota al toque que me atrae. El amor se da naturalmente, y estoy siempre abierto a enamorarme.