Paul, el pulpo oráculo que saltó a la fama en el Mundial de Sudáfrica en el verano boreal por sus certeros pronósticos de los resultados de los partidos de fútbol de Alemania y de la final, murió en su casa de Oberhausen a los dos años de edad.
Paul, nacido en Inglaterra, saltó a los titulares de todo el mundo tras pronosticar correctamente el resultado de los siete partidos de la selección alemana, antes de que sus poderes psíquicos se pusieran de nuevo a prueba en la final.
Tras la derrota de Alemania en semifinales, Paul se inclinó por España frente a Holanda en la final, lo que provocó que una agencia de noticias informase de que había animado la demanda de bonos de deuda del Gobierno español. La predicción de Paul se cumplió finalmente y España ganó el Mundial.
Los empleados del parque Sea Life de Oberhausen, en el oeste de Alemania, dijeron en un comunicado que se sintieron “desolados” cuando se dieron cuenta de la muerte de Paul al llegar el martes a trabajar.
“Parece que ha muerto pacíficamente durante la noche, por causas naturales, y nos consuela saber que ha disfrutado de una buena vida”, dijo el director del centro Stefan Porwoll.
Antes de los partidos, se colocaban dos cubos de cristal con comida en el tanque donde vivía el octópodo, y cada uno llevaba la bandera de los equipos que se iban a enfrentar en el Mundial. El cubo que Paul elegía primero se consideraba el elegido para la victoria.
Tras la Copa del Mundo, un zoológico español ofreció una cantidad de dinero por quedarse con Paul, pero sus cuidadores alemanes se negaron a venderlo.
